05 septiembre 2012

A la calle en diez días


El que devora cuencas mineras para poder esgrimir las consecuentes protestas como baza en las negociaciones europeas; alimenta su poder engullendo el futuro de familias enteras y por tanto: es caníbal.


Además de actuar como un zafio cabecilla de banda callejera que solo puede darnos certeza de su alevosía, deslealtad y torpeza; demuestra poca o ninguna ética al ocultar la relación que tiene la actual crisis con el liberalismo radical que su formación glorificaba y que median la forma de burbuja inmobiliaria nos metió hasta el cuello en la crisis de los Bonos Basura y las Opciones Preferentes, que por cierto; colaron los nunca bien ponderados ultra-liberales bancarios del pastuqui party.

Ya es correoso que el señor Rajoy se dedique a indultar a sus alcaldes corruptos haciendo que suba la prima de riesgo, pero lo que es verdaderamente insufrible es que cada vez que Rajoy se inventa otra tensión social con la que timar a la UE; a ojos del resto de Europa le a de parecer que es toda España la que intenta engañarlos y saquearlos.

La reciente y mafiosa ley de arrendamiento [A la puta calle en cuanto el pago se retrase más de diez 10 días] es prueba del sectarismo y la doblez que guían todos los actos del gürtel gobierno; el partido de la patronal se ensaña con los trabajadores a los que es incapaz de proporcionar trabajo.

Primero, con un golpe de estado a mano armada les robo el país.
Después, con su endémica corrupción los saqueo, mediante la malversación de las aportaciones europeas.
Y ahora, los deja en la calle con su prepotente sectarismo e hipocresía.

Algunos quieren hacer pensar que la corrupción es un asunto baladí, algo anecdótico que no tiene un peso determinante en la realidad; sin embargo, estos mismos han sido capaces de poner en ridículo a la justicia española y convertirla en el hazmerreír de los timadores judiciales con tal de neutralizar a don Baltasar Garzón, el único juez capaz de enfrentarse con la mafia franquista y destapar su entramado corrupto.


De tanto tragar con la pacata ficción política, el vernáculo nepotismo y nefasta la justicia a medida, nos viene la resaca de la exclusión y el sacrificio de clase media y capas más humildes de la población en la pira de los incendios del capitalismo caníbal que carbonizan España y la llevan a la miseria.

Bienvenidos al mercado des-regularizado y la globalización.

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